Mientras preparaba un estudio en profundidad sobre la
mítica Casablanca (1942),
de Michael Curtiz, pensé que sería buena idea recabar la opinión no
especializada de los espectadores para ayudarme a comprender mejor su alcance
cultural. José Losada,
colaborador en nuestros blogs Tinieblas
en el corazón, Ateneas. Mujeres para la historia, y Anthropocinema, me sorprendió con una esplendida
entrevista, llena de puntos de vista muy estimables y que creo que merece
muchísimo la pena compartir. Os encantará.
¿Qué relación ves tú entre Casablanca y el contexto bélico en 1942?
Se trata de una película muy oportunista
porque se filma en el momento más delicado de
la Segunda Guerra Mundial, en un escenario en que la beligerancia era total y,
por eso, los nazis tienen un papel fundamental como los archienemigos a los que
hay que derrotar. Pero, en el fondo, la película va mucho más allá de ese
concreto problema histórico para abordar un tema muy romántico: qué sucede
cuando se ama tanto a una persona que no dudas en dejarla marchar en aras de
una causa más elevada. El actor que encarna ese sentimiento tan noble es
Humphrey Bogart y muy pocos podrían haberlo interpretado de una manera tan
convincente. "De todos los cafés del mundo tuvo que elegir el mío".
Rick se buscó un agujero donde aguantar hasta el final de sus días pero el
destino le salió al encuentro en Casablanca.
¿Qué clase de
personaje es para ti Ilsa Lund?
Ella tiene una
personalidad verdaderamente ambigua. Es feliz junto al gran héroe de la
resistencia aunque también quiere a Rick. Como él, añora París y, en cierto
modo, con su ambivalente actitud se aprovecha del amor que Rick todavía siente
por ella para conseguir los salvoconductos. En cambio, a él no le guía ningún
interés cuando se los entrega. Ilsa y Laszlo necesitan desesperadamente los
visados para no morir en Casablanca y Rick no duda en meterse en líos para
proporcionárselos. Él ya no es aquel joven ingenuo que vivía en París, es un
adulto que toma decisiones maduras. Su amargura final, cuando decide volver a
luchar por las libertades, es muy distinta de la amargura del principio, la que
le hace emborracharse para escapar del dolor que ha intentado acallar tanto
tiempo bajo su cinismo. Al terminar la historia está sereno porque, aunque no
ha conseguido recuperar su amor perdido, está en camino de lograr su plena
realización como ser humano.
Y, ¿qué crees tú que hacía Rick, un americano, en el
París antes de la guerra?
Él era un aventurero y se movería por
Europa por intereses: conocer nuevos sitios, vivir experiencias arriesgadas
como su participación en la guerra civil española o ayudando a los etíopes
frente a la invasión italiana. Seguramente querría progresar en la vida pero el
amor se cruzó en su camino y resultó fatal, por lo que se buscó el sitio más
oscuro que se le ocurrió para terminar su trayectoria. Para él, el café
americano de Casablanca era una "Estacion Termini" después de andar
por todas partes, un lugar en el que el protagonista debió de pensar:
"aquí me retiro". Pero al final resultó que solo era un estadio más
en su camino.
¿En qué medida ves tú a Rick Blaine y
Victor Laszlo como antagonistas?
En la película Rick es todo lo contrario
a Laszlo pero solo aparentemente. De tan materialista y aprovechado que parece
ser, se acaba transformando en el más desprendido, aunque ello solo sucede
después de hacer un largo viaje personal. Al llegar al final ya no le quedaba
nada por experimentar.
¿Y qué pasa con los personajes
secundarios de la película?
Peter Lorre borda el rol de villano, su
interpretación resulta muy creíble. También están estupendos Claude Rains y el
pianista, que en realidad era solo cantante, Dooley Wilson. Victor Laszlo es un
personaje muy curioso, una especie de caballero blanco, un Lancelot
hipervirtuoso y superimportante para los demás, el gran hombre que todos
necesitan para ganar la guerra pero que, paradójicamente, no puede cumplir su
gran labor si no es junto a Ilsa. Pero,
le demos las vueltas que le demos, la película trata de la decisión de Rick, su
compromiso con la causa, y todos los demás personajes están pensados para
contribuir a esa idea.
¿Te has dado cuenta de la
omnipresencia de los mapas en esta película, que parece mucho más palpable que
en otros filmes de la etapa bélica?
Pues es que las guerras son épocas en
las que los mapas resultan esenciales. Lo que se trataba de explicar al público
con Casablanca era que el destino de un país, Estados
Unidos, se estaba decidiendo en otros rincones del mundo. En aquel momento, al
otro lado del Atlántico, en el norte de África. Pero, en todo caso, lo que hace
universal a esta película no es el ambiente bélico, la Marsellesa, los mapas...
sino la historia que se cuenta: la estética de la derrota de Rick y cómo su
gesto de grandeza contribuye a salvar el mundo.
Ya sabes que en Anthropocinema siempre intentamos dirigir una mirada
antropológica a las películas que forman parte de nuestro imaginario colectivo.
¿Encuentras posible abordar el análisis de Casablanca desde el punto de vista de la
antropología?
En este caso hay un escenario africano
en el que reina el colonialismo occidental. Los alemanes, los franceses y los
americanos llevaron su guerra a África, continente que no sacó nada en limpio
ni participaba en la contienda pero, no obstante, sufrió sus consecuencias.
Para mí existe una segunda lectura antropológica y que se refiere a algo que se
repite en muchos países, el colaboracionismo. Cuando se produce la ocupación de
un país, entre sus habitantes siempre hay alguien dispuesto a ayudar a los
invasores. Es una situación digna de estudio porque no siempre lo hacen porque
estén intimidados sino que parece haber una tendencia en el ser humano a
plegarse a los nuevos amos. Lo podemos comprobar en nuestra guerra de
independencia o en el gobierno de Vichy respecto a los alemanes. Frente a ello,
como par conceptual de la colaboración, aparece la resistencia, y ello se ve
muy bien en la película. Ambas actitudes son el yin y el yang de la historia.
Es un tema que admite varios enfoques.
¿Cómo ves reflejada la tragedia de
los refugiados en la película?
Es un asunto difícil de solventar para
los muchos personajes desesperados que pueblan la historia. Rick escogió
Casablanca como su punto de destino pero, para los refugiados, era un sitio de
paso, un intercambiador hacia el exilio en un lugar más seguro para ellos en
esos tiempos de zozobra. El refugiado fue un producto social no solo durante la
guerra sino antes de ella. Es una situación que se repite tanto que parece que
no cambia nunca. En la novela La
noche de los tiempos, de
Muñoz Molina, se aborda la cuestión. También hay un poema de Manuel María,
"El camino es la nostalgia". El refugiado es el nostálgico por
excelencia, inicia un viaje lleno de incertidumbre, dejándolo todo atrás.
¿De qué manera influye en el
espectador la situación histórica que se estaba viviendo durante su rodaje?
Cuando se estrenó en 1943 era una
película de plena actualidad. No era necesario nada especial para dar a conocer
a los espectadores el contexto de la Segunda Guerra Mundial sino que era algo
que estaba muy presente en las vidas de las gentes de esa época. Hoy ya no es
así y tenemos que situarnos por referencias. Hay que hacer un esfuerzo para
retroceder en la historia pero el mundo del cine ya nos tiene acostumbrados a
todos estos clichés: los nazis, los resistentes, el gobierno de
Vichy...Afortunadamente tenemos un background que nos permite situarnos fácilmente.
Esas referencias están asimiladas en nuestro imaginario colectivo, como si las
llevásemos tatuadas en la memoria. De lo que sabemos menos es sobre Japón y
sobre los ciudadanos norteamericanos de origen japonés en Estados Unidos
durante la guerra mundial.
Sí, efectivamente. En la costa oeste,
la más cercana a Japón, se desató una paranoia que hizo que fueran internados
en campos durante la guerra. ¿Consideras que Casablanca es una película de propaganda?
Lo que resulta verdaderamente difícil de
entender es que, más allá de esa función propagandística, que resulta patente,
el director consiguiera rodar una historia que versa sobre valores universales,
lo que supone un gran mérito para su trabajo.
¿Puede decirse que Victor Laszlo es
uno de los personajes más estereotipado del film?
Para mí no deja de ser un personaje
secundario. El verdadero héroe es Rick. Para que su sacrificio sea creíble,
Laszlo debe ser una persona muy virtuosa, entregada a la causa más noble, que
arriesga su vida constantemente por ella. Sólo por una persona que merezca la
pena Rick estaría dispuesto hacer semejante sacrificio. E Ingrid tiene que
estar junto a un hombre ejemplar, idealista. Sin duda, en el momento en que se
rodó la película estaba sometida a la incertidumbre del devenir de la guerra,
se trataba de mantener alta la moral del los norteamericanos, justificar el
sacrificio que estaban haciendo al entregar a sus hombres como soldados y al
aportar el trabajo de toda la nación al esfuerzo bélico común de los aliados, y
eso algo que el personaje de Rick ejemplifica muy claramente. Para llegar a ese
punto de forja y temple, para convertirse en un tipo duro, casi de cine negro,
tuvo que llevarse muchos golpes. El gesto noble que realiza lo engrandece,
convierte su fracaso y amargura en una vía de salida para su impasse vital.
¿Cómo ves reflejados a los alemanes?
Son también como una parte del decorado,
muy rígidos, al mismo tiempo crueles y torpes. Vienen a ser como la
muralla de Ávila en una película histórica. No hay matices en los nazis del
cine: hacían falta unos supermalos para perseguir a Victor Laszlo y en ese
esquema no eran admisibles los grises, sólo el blanco y el negro.
Se habla mucho de las inconsecuencias
del filme, de sus casualidades maravillosas. ¿Te parece que el reencuentro de
Ingrid con Rick, en otro continente y más de un año después de la ocupación
nazi de París, en la primavera de 1940, se parece a esos extraordinarios
encuentros fortuitos en las novelas bizantinas, en el teatro de Shakespeare o
en la novela europea del siglo XIX?
Pues para mi Ilsa se aparece de
"cuerpo presente" en Casablanca porque Rick se acordaba de ella todos
los días. La separación y el reencuentro son el combustible del teatro, las
piezas dramáticas que hacen falta para que se mueva la acción en la obra.
Y ¿cómo entiendes tú los tan traídos
y llevados salvoconductos?
Por un lado forman parte de los recursos
narrativos para centrar la atención del espectador. Son un asunto
administrativo, quizá unos documentos destinados a los servicios secretos. Pero,
por otro lado, se asemejan al Santo Grial, algo que todo el mundo desea y
busca, el mejor símbolo de la resistencia contra la opresión nazi. Los visados
escapan mágicamente al poder de control absoluto de los alemanes. Sucede lo
mismo con la Marsellesa. Solo los elementos simbólicos no se dejan doblegar por
los invasores.
Define el rol del Capitán Renault.
Su principal función se hace patente en
la escena final, con el comienzo de esa gran amistad. Es el personaje que mejor
demuestra que la resistencia y la colaboración están separadas por un simple
paso, sólo hay que moverse hacia un lado para traspasar esa delgada barrera.
¿Qué puedes decir del personaje del
pianista Sam?
También es un ser de vuelta de todo,
amigo pero empleado al fin y al cabo. Rick se habría arruinado, corrió
aventuras en diversos lugares del mundo y fue recolectando gente por el camino
para acompañarle.
Luego hablaremos más de esta figura esencial para la historia pero ahora me gustaría preguntarte cuál es para ti el género al que mejor se adscribe la película.
Luego hablaremos más de esta figura esencial para la historia pero ahora me gustaría preguntarte cuál es para ti el género al que mejor se adscribe la película.
Yo la veo como un prisma de múltiples
facetas, de manera que aparece una posibilidad distinta según cómo lo
contemples: es una historia bélica, un drama sentimental o una trama policíaca
de asesinatos y de personajes que quieren escapar. Por otro lado, está la
historia épica de Rick y su fracaso, que consigue hacer de la necesidad virtud
y que se engrandece a través de ello logrando una victoria moral. Y a veces,
también, el film tiene destellos de comedia.
¿Recuerdas cuándo viste Casablanca por primera vez?
No exactamente pero, fuera cual fuese la
ocasión, la primera vez te quedas muy prendado de la historia romántica y del
patriotismo de la escena de la Marsellesa. Pero, después de ver la película
muchas veces, empiezas a percibir los matices de cada personaje,
particularmente, los que se refieren a la redención de Rick. De hecho, es tan
importante esa figura del perdedor sacrificado y su triunfo moral que Carlos
Reigosa dedica una novela al tema con el título La victoria del perdedor. Así
que ahora, cuando ves Casablanca,
ya no te impresiona tanto la trama, ese suspense bien administrado que te hace
pensar, hasta el penúltimo minuto, que Ilsa y Rick van a quedarse juntos, sino
que te llaman más la atención algunos aspectos de los personajes secundarios.
Me interesa mucho el historial artístico de actores tan sólidos como Peter
Lorre en el rol de Ugarte o Claude Rains como el capitán de la policía
francesa. Es como si fuera colocándose el foco cada vez en detalles distintos.
Eso hace que los personajes secundarios salgan del fondo del escenario y
avancen al frente cada vez que ves la película, porque ya no tienes que
ocuparte de los aspectos principales.
Bueno, casi estamos terminando y aún
no hemos hablado de la música de la película.
Este es otro de esos detalles que
impresionan mucho al comienzo. Se ha convertido en algo tan asimilado que,
cuando escuchas las notas de "As Time Goes By", visualizas
inmediatamente la película. Se produce una asociación inmediata, como en los
reflejos aprendidos de los perros de Pavlov. Pero, como sucede con la historia
romántica, la música también queda ya relegada a un segundo plano cuando
revisas la película, de tan archiconocida que resulta.
¿Qué aportación crees tú que realiza
el vestuario a la narración?
Es muy importante para definir a los
personajes. A mí me parece que Laszlo irradia luz, quizá porque el director de
fotografía lo ilumina de una forma muy especial En contraste con los uniformes
oscuros de los nazis o del prefecto de la policía francesa, o incluso el propio
esmoquin blanco de Rick, que resulta menos luminoso, frente a Laszlo todo lo
demás queda como en penumbra. Creo que con ese vestuario el diseñador trató de
crear un personaje ideal, una especie de santo con armadura brillante capaz de
motivar que cambiase la inercia entre Ilsa y Rick, que estaban llamados a unirse
de nuevo, que estaban añorando encontrarse y que, sólo cuando aparece este
personaje elevado, insustituible, se alteran los planes del destino.
¿Por qué entiendes tú que, al final de
la película, Sam no acompaña a Rick en su nueva andadura en la clandestinidad?
Sam es el único elemento que liga a Rick
con el pasado, además de Ilsa. En la película tiene mucha importancia ese
aspecto: Sam como guardián de un pasado que no debe removerse. Por eso le dice:
"¿no te había dicho que no la volvieses a tocar?". Sam lo acompaña al
exilio en Casablanca, que representa lo desconocido. Actúa como el escudero del
caballero, es un ejemplo de lealtad, de ayudante que calla lo que sabe. Viene a
ser la sombra de Rick, el único que conoce sus secretos. Sin este personaje
esencial, Rick no podría recuperar el pasado a través de la canción. Y Sam no
lo acompaña a su nuevo destino precisamente porque representa el trauma que ya
ha conseguido superar con su renuncia. Hasta entonces, Rick había sido prisionero
de su memoria desesperanzada. Cuando se desprende de Sam, entendemos que Rick
comienza una vida totalmente nueva. Con su redención encuentra una nueva
amistad y consigue dejar atrás esa mochila de agravios que llevó arrastrando
desde París a Casablanca. Por fin es libre.
Pongo los enlaces de las entradas publicadas hasta ahora:
-La historia del guión: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/03/de-todo-el-mundo-viene-ricks-1940.html
-Cine y guerra: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/03/el-mundo-se-derrumba-y-nosotros-nos.html
-Mitos y arquetipos: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/03/casablanca-1942-territorio-mitico.html
-Los personajes principales: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/04/sospechosos-habituales-los-personajes.html
-La historia del guión: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/03/de-todo-el-mundo-viene-ricks-1940.html
-Cine y guerra: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/03/el-mundo-se-derrumba-y-nosotros-nos.html
-Mitos y arquetipos: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/03/casablanca-1942-territorio-mitico.html
-Los personajes principales: https://anthropotopia.blogspot.com.es/2018/04/sospechosos-habituales-los-personajes.html
-Los salvoconductos y el pensamiento mágico: https://anthropocinema.blogspot.com.es/2018/03/los-salvoconductos-en-casablanca-1942.html
-El espectador opina: Casablanca en la memoria: https://anthropocinema.blogspot.com.es/2018/03/casablanca-1942-en-la-memoria.html
...pues siempre había creído que pasaban más años entre la marcha de Ilsa y el reencuentro.
ResponderEliminarRick, aunque no sea moralmente perfecto, personaliza aquello que decía Rudyard Kipling: "incluso una hormiga sabe lo que está bien y lo que está mal", y es consecuente con ello.
Hay un personaje muy secundario que me gusta mucho: la buscona francesa que sale con nazis, pero que luego se une al canto de la Marsellesa, entre avergonzada y emocionada. Hay un rasgo parecido en el autorretrato que se hace Marjane Satrapi en "Persépolis" cuando, cansada de las etiquetas, en una fiesta finge ser francesa, y poco después se avergüenza de haber negado su origen: Irán.
Felicidades por la entrevista, cuñado y hermana.
Madeleine LeBeau, la bella Ivonne, vivía en Málaga y creo que es la última de los intervinientes en Casablanca en salir de escena, en 2016, con 92 años.
EliminarMe gusta mucho esa reflexión tuya sobre el espacio de tiempo entre la separación y el reencuentro, que apunta a una de las muchas ( y deliciosas)inconsecuencias del guión. El recurso narrativo habitual es que esas reapariciones que trastocan la vida de los personajes se producen siempre muchos años después. Es más, es que no se entiende cómo, en solo un año y cinco meses, a Rick le pudo dar tiempo a montar un café-casino lujosísimo, legendario en todo el norte de Africa. Pero las fechas históricas mandaban: todo tenía que pasar entre junio de 1940 y diciembre de 1941.Gracias por leer y comentar, y a ver si te animas tú a una de estas entrevistas fílmicas.
Estupenda idea la de la entrevista, con unas interesantes aportaciones sobre una película que volveré a ver para refrescar todos estos detalles.
ResponderEliminarUn aspecto que a mi me resulta llamativo, visto desde nuestra perspectiva actual, es el papel que juega Ilsa en la historia de Lazlo: él necesita tenerla a ella, mantenerla a su lado como un talismán, tal como ha señalado Jose, pero su función no es una tarea personal de ella, sino la de acompañar al hombre que tiene la gran responsabilidad sobre sus hombros.
Me gusta mucho este formato.
Enhorabuena a ambos.