En esta ocasión María Lorenzo
aborda una figura fascinante, el pionero de los trucajes en el cine: Segundo de
Chomón. Debería ser un motivo enorme de orgullo contar con
este genio del cine entre nosotros. Os invitamos a profundizar en su vida y
obra. Y aquí os pongo el enlace para que podáis disfrutar del fantástico audiovisual
que ha preparado la autora: https://vimeo.com/353207797?fbclid=IwAR3SCYHNhsUn3mfWrrlofeh3jQNvDRzLsF3YIFTZTnC95weD1IjeMFtQz_U
Segundo de Chomón nace en Teruel
en 1871, y muere en París en 1929. Fue uno de los primeros maestros de los
efectos visuales en el cine, y un pionero de la animación en volumen. Aunque se
le ha comparado frecuentemente con Méliès, Segundo de Chomón fue el primero en
muchas cosas. A él se deben las animaciones stop-motion
más antiguas donde se emplearon pastas maleables, y también inventó una curiosa
combinación de animación de objetos con la actuación de seres humanos fotograma
a fotograma: la pixiliación.
Se sabe muy poco de los primeros
años de Segundo de Chomón, pero se cree que ya vivía en París en 1895, cuando
los hermanos Lumière mostraron públicamente el Cinematógrafo. Con todo, el
verdadero motivo por el que estaba en París fue una mujer: Julienne Mathieu
(1874-1944), una actriz de vodevil con
la que se casará y que sería la futura protagonista de muchas de sus películas.
Sin embargo, Chomón es llamado a
filas y forma parte del ejército español durante la Guerra de Cuba. Mientras,
su mujer, para mantener a la familia, trabajó fatigosamente en una cadena de
pintado a mano de películas, cuyo principal cliente era la productora Star
Films de Méliès.
A su regreso de la guerra, Chomón
mostró curiosidad por el coloreado de películas, para el cual usaban pintura de
anilina, y mejoró el procedimiento implementando el uso de diversas plantillas.
La pareja se estableció en Barcelona y allí crearon un estudio de coloreado de
filmes que daba servicio a toda Europa, pero especialmente a la compañía filial
de los Lumière: la casa Pathé.
Pero además, Chomón estaba
interesado en los efectos visuales del cine y se cree que en torno a 1902 fue
capaz de deducir por sí mismo el principio de la animación stop-motion, que él llamará “de paso de manivela”. De hecho, Chomón
construyó una cámara de cine expresamente para poder parar la animación
fotograma a fotograma, pudiendo ir hacia atrás y hacia adelante cuando fuera
necesario. Con esa cámara comenzó a hacer sus propias películas, comenzando por
Choque de trenes (1902).
En esa misma época, en París, la
productora Gaumont estaba haciendo una fortuna con las películas de Émile Cohl,
y Georges Méliès otro tanto con sus películas de trucajes. Por este motivo, la
tercera compañía rival, Pathé, que además era la más poderosa porque tenía el
monopolio sobre el celuloide virgen, ofreció a Chomón un sustancioso contrato
para dirigir sus propias películas de trucajes. Chomón llevaba camino de
convertirse en el Spielberg de la época.
El teatro de Bob, 1909 |
Algunas de sus primeras películas emulaban descaradamente el cine de Méliès, práctica habitual en la época y que contribuyó a que el público se cansase pronto del género de las féeries; pero entre 1905 y 1909, Chomón hizo algo nuevo, desarrollando al máximo la técnica de stop-motion, combinándola con los trucos que ya existían, como la doble exposición del negativo, o los escamoteos, como en La cueva de la bruja, 1906 o Los huevos de Pascua, 1907.
Por ejemplo, en sus películas La casa embrujada (1906) y Una excursión incoherente (1909), Chomón
toma la premisa de La mansión encantada
de James Stuart Blackton, aunque les aplica gran variedad de trucajes y de
animación.
Una excursión incoherente |
A su vez, la doble exposición del
negativo era un procedimiento desarrollado por Méliès, que se puede considerar
un antecedente del Chroma key. Consiste
en grabar una secuencia reservando una parte del escenario pintada en negro.
El color negro no impresiona la película, de
forma que se puede retroceder y volver a grabar encima, teniendo cuidado de que
la segunda secuencia coincida con la primera. De esta manera se pueden combinar
entre sí personajes en distintas escalas, como hace Chomón en Los huevos de Pascua (1907).
El escultor moderno |
Al contrario que Méliès, de quien no se conoce ninguna animación fotograma a fotograma, las aportaciones de Chomón al desarrollo temprano de la animación stop-motion son indudables. Con El escultor moderno (1908), Chomón rueda por primera vez una animación realizada en arcilla, mostrando cómo una escultura se modela espontáneamente ante nuestros ojos. El teatro eléctrico de Bob (1909) será también una de las primeras películas que incorporen animación de muñecos. En Sombras chinescas, de 1908, se adelanta al trabajo de Lotte Reiniger, e incluso en Sinfonía extraña (1909) realizará animación mural por primera vez.
El diablo se divierte |
Sin duda, su película más
recordada es El hotel eléctrico, de
1908, donde utiliza por primera vez la
pixiliación: una técnica que nunca ha perdido su frescura y originalidad, muy
frecuente en el videoclip animado de los 80, y que también ha sido empleada por
animadores experimentales como Norman
McLaren.
El hotel eleéctrico |
En 1909, Pathé Films redirige la producción de películas hacia ficciones de tipo realista, y Chomón decide regresar a Barcelona para realizar sus propias películas, algunas de tipo histórico, y otras abiertamente de fantasía como Metamorfosis, 1912 (abajo).
En 1912, tras tener que cerrar su
compañía, recibe una oferta de Itala Films para realizar efectos visuales en
las primeras superproducciones europeas, entre la que destacó Cabiria (Giovanni Pastore, 1914). Aunque
en esta época se centró en su oficio de director de fotografía, también filmó
su película La guerra y el sueño de Momi
(1917), uno de cuyos fotogramas podemos ver abajo, y que un verdadero antecedente de la saga Toy
Story.
Su última colaboración fue en la película épica de Abel Gance, Napoleón, de 1927. Chomón murió de una enfermedad en
Marruecos, en 1929, donde había ido a investigar las posibilidades de la
película en color.
Segundo de Chomón fue uno de los
principales pioneros del cine español, y del cine de animación en general, pero
además también fue un cineasta con un carácter muy innovador, que siguió
realizando películas muchos años después de que Émile Cohl y Georges Méliès
fueran prácticamente olvidados. No solo fue un gran truquista, sino también un
narrador imaginativo que se dio cuenta de que el cine primitivo debía superar
su estado de cine de las atracciones, heredero del teatro y del vodevil, y
convertirse en un espectáculo sin ningún tipo de limitación.
Bibliografía:
Ramón Àlos (2015), El hombre que quiso ser Segundo
(película).
Giannalberto Bendazzi (2003), 110 años de cine de animación.
Adrián Encinas Salamanca (2017), Animando lo imposible. Los orígenes de la
animación stop-motion (1899-1945).
Joan M. Minguet Batllori (2009), Segundo de Chomón. El cinema de la
fascinació.
Ver en Veomac:
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