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domingo, 16 de febrero de 2020

WALT DISNEY Y EL ESTUDIO DE ANIMACIÓN MAS FAMOSO DEL MUNDO. Animation Gossip 13.


En este nuevo Animation Gossip María Lorenzo nos va a hablar sobre el fundador del estudio de animación más famoso del mundo, Walt Disney. Aunque creamos que sabemos muchísimo sobre este popular personaje, estoy segura de que esta entrada os va a resultar muy reveladora para descubrir cómo creó un estilo de animación novedoso que ha cautivado a tantas generaciones han conectado. No os la perdáis. Y, para disfrutar del formato audiovisual, aquí tenéis el enlace:https://vimeo.com/359947328?fbclid=IwAR1SRFrspiW8HCf2RxiEa29i9vIO1bqeQozz_ABsO3MaAhF7bzc2PRQbkZ0


Walt Disney nació en Chicago en 1901 y murió en California en 1966. Sin embargo, se suele asociar su origen a otro lugar idílico, Marceline, en Missouri, donde crece rodeado de naturaleza; y a Kansas, donde fundó su primera productora.
Era el cuarto de cinco hermanos y creció soportando los malos tratos de su padre. A la edad de 17 años falsificó su partida de nacimiento para viajar a Europa como camillero durante la Segunda Guerra Mundial.
Ub Iwerks

Walt Disney fue un estudiante mediocre y como artista tampoco destacó de manera superlativa; pero en 1920 empieza a probar suerte en el mercado de la publicidad y de la animación, y conoce a Ub Iwerks, que era un caricaturista muy dotado. Juntos crean en 1922 su propio estudio: Laugh-O-Gram Films, en el que producen un piloto de serie, Alice in Cartoonland.

 Este trabajo es deudor del famoso Out of the Inkwell de los hermanos Fleischer, que mezclaba actores reales con personajes de animación. Aunque caen en bancarrota, el trabajo llama la atención de la pionera absoluta de la distribución de animación en Estados Unidos, Margaret Winkler, una antigua ejecutiva de Warner que también representaba los cartoons de Felix el gato.

Margaret Winkler

De hecho, fue la propia Winkler la que sugirió que en adelante imitasen el estilo de animación e incluso el diseño de Felix el gato, lo cual molestó muchísimo a su productor, Pat Sullivan. Margaret Winkler, sin embargo, se quedó muy contenta representando el trabajo de Walt Disney y Ub Iwerks, que además estaban empleando sistemas que incrementaban la calidad, como era simplemente grabar la animación en un formato de prueba para testear la calidad de la animación, antes de darla por terminada.
En 1927 crean un nuevo personaje, Oswald the Lucky Rabbit, un modelo de personaje que empezaría a marcar la tendencia del cartoon americano, siendo muy imitado. La productora comienza a llamarse entonces The Walt Disney Studio. Pero pronto sucedería la catástrofe: Margaret Winkler… se casó con un dudoso personaje, Charles B. Mintz, quien se apresuró a retirar a su mujer del trabajo, quedándose él con su cartera de clientes.
Charles Mintz

Pero a Mintz no le bastó esto, sino que además creó un nuevo estudio de animación, puso al frente del mismo a su cuñado, y además le hizo creer a Disney que los derechos de Oswald no le pertenecían. La jugada, al final, no le salió bien, porque la Columbia terminó desplazando la producción de los cartoons de Oswald al estudio de Walter Lantz. Pero, en resumen, este varapalo le sirvió a Disney para aprender de manera traumática que en Hollywood debía ejercer un control absoluto sobre su producción.


En 1928 Ub Iwerks diseña un nuevo personaje, Mickey Mouse. Los dos primeros cortos de Mickey pasaron desapercibidos, pero el tercero, Steamboat Willie, causó sensación al combinar creativamente la acción de los personajes con todos los efectos sonoros, dando lugar al efecto conocido como Mickeymousing: hacer que en animación todo genere su propio sonido.
Inmediatamente incorporaron nuevos personajes al elenco de los cartoons de Mickey, como Minnie, Goofy, Pluto o Clarabella. En paralelo, en 1929 comienzan la serie Silly Symphonies, donde la música dicta el ritmo y la actuación de los personajes, como en la aclamada The Skeleton Dance (1929).
Las Silly Symphonies fueron el banco de pruebas que serviría para introducir paulatinamente un montón de innovaciones, desde la película a color hasta el uso de la cámara multiplano, con las que fueron conquistando poco a poco el realismo.
Pero a Disney le obsesionaba además la idea de crear personajes que no solo fueran carismáticos, sino que además te identificaras con ellos, porque te recordaran a personajes de la vida real. En este sentido, la fábula de Los tres cerditos (1933) supuso un importante paso al crear personalidades definidas y un conflicto fuerte.


A esto ayudó el hecho de crear departamentos especializados en distintas áreas, como el concept art, el departamento de guión donde se empezaron a realizar storyboards, o diversificar las funciones de los animadores, hasta tal punto que algunos de ellos se centraban en dar vida a ciertos personajes, como Goofy o Donald, como si fuesen actores con un lápiz en la mano.
Pero en el transcurso de los años 30 los artistas del estudio aún debían superar importantes dificultades para hacer que todas esas emociones que resultaban creíbles en personajes caricaturizados, como ratones o cerditos, funcionasen igual de bien en personajes humanos que exigían verosimilitud anatómica. Este equilibrio lo encontraron por primera vez en la producción de Blancanieves y los siete enanitos (1937), aunque el gran logro de animación de la película reside más en los personajes caricaturescos que en los más realistas, aún muy dependientes de la referencia de actores reales.

Hay que decir que el estudio Disney se empleaban actuaciones y grabaciones con intérpretes reales para inspirar a los artistas, pero la rotoscopia, es decir, el calco director de fotogramas de imagen real, estaba estrictamente prohibido. Como mucho, el artista podía recurrir a imprimir algunos fotogramas que le servían de guía, pero el trabajo de timing era creación suya por completo.
De esta manera, los artistas de Disney comienzan a fijar una serie de reglas indispensables para hacer que una animación sea realista, aun sin ser un calco de la realidad, como la anticipación, la compresión y extensión, demora y movimiento solapante, la acción secundaria, o el empleo sistemático de arcos para definir las trayectorias de cada parte del cuerpo.
A estas reglas se les llama los doce principios de la animación, tal como los fijaron por escrito los animadores Frank Thomas y Ollie Johnston en el libro The Illusion of Life, y aunque han experimentado muchos cambios y redefiniciones, especialmente desde el advenimiento de la animación por ordenador, hoy en día suponen la guía imprescindible para cualquier profesional del medio.

Blancanieves no fue, ni de lejos, el primer largometraje de la historia de la animación, pero sí fue la que consiguió transformar por completo el concepto que se tenía de los dibujos animados. No solo destaca su animación, con un cuidado acting, sino también una dirección de arte que bebe de los artistas europeos que trabajan en el estudio, como Albert Hurter, Key Nielsen o Gustaf Tengreen, que procedían del mundo de los libros ilustrados. También es importante la influencia de Joe Grant, un artista de concepto que fundó el departamento de modelos en volumen; por no hablar de los animadores Art Babbit y Vladimir Tytla, que dieron vida a personalidades nunca vistas en la animación.
A Blancanieves la llamaban “la locura de Disney”, pero lo cierto es que fue una construcción colectiva que supuso el trabajo y el sacrificio personal de todo el estudio. En 1939 Disney traslada su cuartel general a una pedanía de Los Ángeles, Burbank, aumenta su plantilla hasta alcanzar el millar de empleados, y comienza a realizar películas aún más ambiciosas, como Pinocho, Fantasía o Bambi, que por diversas circunstancias le reportan beneficios muy discretos.


Sin embargo, en 1941 estalla en el estudio una auténtica bomba de relojería, cuando en torno a 400 empleados se pusieron en huelga para demandar mejoras salariales y un trato más igualitario entre los trabajadores de distintos departamentos.
La huelga duró cuatro meses y estuvo a punto de llevar a la ruina a Disney, en plena producción de Dumbo, que afortunadamente terminó siendo una película muy rentable. La huelga se resolvió cuando Disney se vio forzado a volver a contratar a los trabajadores que había despedido, pero evidentemente marcó un antes y un después en la compañía. Finalmente estos empleados terminaron yéndose a otros estudios, lo que generó un aumento de la competencia.


Para resolver sus apuros económicos, Disney puso su objetivo en el mercado sudamericano, realizando películas compilatorias como Saludos Amigos (1942), y más adelante desarrollaría un fuerte mercado televisivo con documentales de naturaleza y películas de acción real. Pero quizá las películas que más contribuyeron a salvar la compañía en ese momento fueron las de propaganda bélica que le encargaba el gobierno, como Der Fuehrer’s Face (1942) o Victory Through Air Power (1943), un largo donde se defendía la idea de ganar la guerra mediante un arma definitiva: la bomba atómica.
En esa época nacen nuevas obsesiones personales. Disney se convierte en informador del FBI, lo que tendrá graves consecuencias durante la época de las listas negras de Hollywood. A su vez, en el estudio, Disney fue ganándose fama de ser un jefe paternalista y conservador, dominando cada uno de los pasos de la producción. Sin embargo, también hay que decir a su favor que Disney no estaba interesado en su lucro personal sino que invertía todo lo que ganaba en seguir realizando películas.
Mary Blair

Las producciones de los años 40 y 50 evidencian una maestría creciente en el manejo de la “personality animation” o caricatura del realismo, con producciones como Peter Pan, Cenicienta o Alicia en el País de las Maravillas, cuya directora de arte fue Mary Blair. Otro de los hitos del estudio fue La bella durmiente, con dirección artística de Eavynd Earle, cuya producción se alargó durante 8 años, y que se estrenó en 1959. En este mismo período, Disney centra su atención en la creación de un suntuoso parque temático, su particular Shangri-la: el primer Disneyland, abierto en 1955.


En los años 60, y con un Disney mucho más despreocupado, las producciones comienzan a ser dominadas por los propios animadores, destacando dos veteranos del estudio: Woolie Reitherman como director de animación, y Ken Anderson como director de arte. Ellos marcarían la pauta del estudio durante décadas, empezando por 101 dálmatas (1961), que fue la primera película donde se empleó sistemáticamente la fotocopiadora para sustituir el proceso de limpieza de línea.


Aunque a Disney no le gustó nada el resultado de la fotocopiadora, lo cierto es que las animaciones ganaron en frescura y espontaneidad, dando lugar a clásicos tan imprescindibles y modernos como El libro de la selva (1967), que Disney no llegaría a ver concluido. Disney falleció en 1966 a causa de un cáncer de pulmón, y está enterrado en el cementerio de Glendale, California.


Y hasta aquí puedo leer. A Disney se le debe la idea de la animación “de marca”, de un producto claramente reconocible, como un sello de calidad con el que es imposible competir. Las innovaciones tecnológicas que introduce son importantísimas, como la cámara multiplano vertical, pero también lo son sus procedimientos de estudio, estableciendo controles de producción como el storyboard o el test de línea. Pero, sobre todo, cuando hablamos de animaciones Disney, estamos hablando del trabajo de un grandísimo estudio donde trabajaron juntos artistas de muchísimo talento, no siempre bien reconocido, como Art Babbit, Joe Grant o Mary Blair, que llevaron la animación a cotas nunca antes imaginadas, y que hoy siguen siendo una referencia mundial.

Joe Grant


Referencias bibliográficas:
Giannalberto Bendazzi (2003), 110 años de cine de animación.
John Canemaker (1996), Before the Animation Begins. The Art and Lives of Disney Inspirational Sketch Artists.
Donald Crafton (1982), Before Mickey: The Animated Film (1898-1928).
Andreas Deja (2016), The Nine Old Men. Lessons, Techniques and Inspiration from Disney’s Great Animators.
Frank Thomas, Ollie Johnston (1981), The Illusion of Life: The Art of Disney Animation.



miércoles, 25 de septiembre de 2019

EL MISTERIO DE FELIX EL GATO. Animation Gossip 7.



En esta ocasión María Lorenzo nos va a hablar, en lugar de un autor en concreto, de la serie de animación más popular de los años 20: Felix el gato. Y es que vamos a aclarar qué autores estuvieron detrás de este inolvidable personaje y por qué su verdadero creador quedó en el olvido. Por el camino aprenderemos muchas cosas sobre el sistema de producción fordista aplicado a la animación o los comienzos de la mercadotecnia asociados a un personaje carismático. En este enlace podéis ver el vídeo: https://vimeo.com/347313299?fbclid=IwAR3Ctxj3qFalDRe1GiKKBiev9zTkw28ytR2loJVChyQmquwacAwW_BCDdxg


Felix the Cat fue una serie de animación cartoon que se produjo inicialmente entre 1920 y 1929, y que posteriormente tuvo varios reboots televisivos a color. Aunque no fue la serie muda más lucrativa ni la más larga, ni tampoco la producción de un gran estudio, es la más recordada de aquella época por el alto número de aficionados que reunió, lo que terminó generando un interesante fenómeno: el merchadising de animación. Felix the Cat es, además, un ejemplo paradigmático de los métodos de producción en los estudios americanos en los años 20.
Pat Sullivan
Durante décadas se creyó que el creador de Félix el Gato era el australiano Pat Sullivan, nacido en Sidney en 1885 y fallecido en Nueva York en 1933. Sin embargo, su verdadero inventor, y dibujante único de un gran número de cartoons animados, así como de todas las tiras de prensa, fue el americano Otto Messmer, nacido en 1892 y fallecido en 1983, y que por timidez no reclamó para sí la paternidad del famoso gato hasta décadas después del fallecimiento de Sullivan.
Otto Messmer

Lo cierto es que Pat Sullivan y Otto Messmer habían llevado trayectorias muy diferentes hasta que se encontraron. Por un lado, Otto Messmer era el típico chico obsesionado con dibujar a todas horas, un animador autodidacta que solía alquilar una cámara a los estudios de cine para poder grabar sus propias películas.
Por otro lado, Pat Sullivan era el emprendedor aventurero, el vividor que había desempeñado varios oficios, incluyendo el de boxeador, y que en torno a 1915 empezaba a ser conocido por sus caricaturas.
Otto Messmer y Pat Sullivan se conocieron precisamente en un estudio de cine. Pat Sullivan ya había trabajado en el estudio de animación de Raoul Barré y tenía conocimiento profesional del medio, de forma que en 1915 se estableció por su cuenta como Pat Productions, y fichó como animador a Messmer.
Pat Sullivan le enseñó el método de animación cartoon que se usaba en el estudio de Barré, alternativo a la animación con acetatos, y que se llamaba Slash System. Hay que tener en cuenta que la animación con acetatos la había patentado Earl Hurd para el estudio de animación de John Randolph Bray y que su uso era caro. La animación con acetatos consistía en dibujar a los personajes sobre láminas transparentes, de forma que se movieran sobre un fondo opaco. El Slash system, por el contrario, implica que los personajes se dibujan sobre papel y los elementos de la escenografía se dibujan sobre un acetato. Y si acaso el personaje tiene que desplazarse sobre ese fondo, entonces los papeles de la animación se recortaban cuidadosamente para que no produjera solapes con el fondo. Un trabajazo, vaya.


En 1916, Pat Sullivan vende a Charles Chaplin la idea de una serie animada con su personaje Charlot, de la que llega a producirse una docena de cortos. En este enlace podéis ver Felix in Hollywood de 1923: https://www.youtube.com/watch?v=XXRk4o2idQU
Sin embargo, Pat Productions va a bancarrota y los dos socios se separan hasta que finaliza la Primera Guerra Mundial. Cuando decidieron retomar la serie de Charlot, en 1918, Paramount Pictures les sugirió que presentasen una nueva serie. Y así fue como Messmer se lanzó a crear aventuras para un nuevo personaje que había estado imaginando: un gato negro.

Eso sí: quien firmó el contrato fue Pat Sullivan, y desde entonces, todos los cartoons animados, así como las tiras dominicales dibujadas por Otto Messmer, llevarían su firma inevitable: Pat Sullivan.


Hasta 1924, Otto Messmer estuvo realizando él solo un cartoon al mes. El diseño de Felix era más bien anguloso y, su psicología, un tanto retorcida, como si fuera una versión gatuna del personaje de Charlot en su primera etapa.
Más adelante, cuando estaban obligados por contrato a realizar un cartoon cada dos semanas, el estudio contrató nuevos animadores y se estableció una verdadera cadena de trabajo, teniendo como resultado un redondeado progresivo del diseño, que debía ser redibujado por las manos de artistas sucesivos.


Curiosamente, en el estudio de Pat Sullivan no trabajaban en varios cartoons a la vez, sino en uno solo cada dos semanas. Lo hacían así, en lugar de incrementar la productividad de otra forma, porque Otto Messmer no escribía guiones. Él se imaginaba todos los gags a medida que avanzaba la producción de cada cartoon y el trabajo de los demás animadores dependía únicamente de la creatividad del director.
Felix el gato fue un personaje tan exitoso como imitado. Muy pronto surgieron versiones de personajes gatunos que se le parecían, como por ejemplo el gato Julius que acompañaba a Alice en los cartoons producidos por Walt Disney en los años 20:https://www.youtube.com/watch?v=BW0gaDMBPV4
Se han propuesto muchas interpretaciones de por qué Felix el gato fue un personaje con tanto carisma, desde la sugerencia romántica del gato como un habitante de la noche, sin reglas, hasta sus connotaciones fetichistas, debido a su parecido con un juguete. Evidentemente, Felix era un personaje muy abstracto con quien cualquiera podía identificarse pero quizá su rasgo más distintivo, absolutamente propio de la lógica visual del cine mudo, era su capacidad de transformación más allá de las leyes de la lógica, o lo que Eisentein llamó “plasticismo polimórfico”.


Hacia 1926, el gato Felix era, después de Chaplin, el personaje de película más famoso del mundo. Esto se debió a ideas publicitarias como incluir anuncios en periódicos, o proporcionar grandes siluetas del personaje para decorar los cines. Además, Pat Sullivan licenció la imagen del personaje para vender todo tipo de productos, incluyendo cigarrillos. Finalmente, el muñeco de Felix fue un éxito de ventas. Pat Sullivan se adelantó en mucho a toda la mercadotecnia del imperio Disney.


En 1928, tras el estreno de Steamboat Willie, Disney se dirigió al estudio de Pat Sullivan para ampliar su plantilla a costa de contratar a todo su personal. Sullivan se negó porque no quería abandonar Nueva York, y además creía que Felix tendría aún muchos años de éxito por delante. Pero se equivocaba.
La etapa final de la serie está marcada por la mala decisión de no renovar técnicamente el estudio para competir con el cine sonoro, y por el propio declive personal de Sullivan. Una noche de 1932, cuando se estaban preparando para salir de fiesta, su esposa falleció accidentalmente al caer por una ventana mientras se asomaba para llamar a su chófer. Pat Sullivan no se recuperó nunca de su pérdida y falleció en 1933.


La muerte de Sullivan dejó la propiedad del personaje en un vacío legal que impidió a Messmer retomarlo, a pesar de ser su autor. El personaje, finalmente, era propiedad de los herederos de Sullivan en Australia.
Felix fue un personaje que destacó por su complejidad, a la vez felino y humano, realista y mágico, y con un estilo de animación que no imitaba a ningún otro estudio del momento, sino que sentó las bases para la animación de personajes que se desarrollaría en las décadas siguientes.


Estas son las entradas publicadas hasta la fecha:
--WINSOR McCAY. Animation Gossip 1: video https://vimeo.com/338593977 y artículo: http://anthropocinema.blogspot.com/2019/06/winsor-mccay-animation-gossip-1.html
--Los hermanos Fleischer. Animation Gossip 2:  Vídeo https://vimeo.com/339730493 y artículo: https://anthropocinema.blogspot.com/2019/06/los-hermanos-fleischer-animatio-gossip-2.html
--LOTTE REINIGER. Animation Gossip 3: video https://vimeo.com/341242700?fbclid=IwAR3i9gW1Fs8ZsxBEOrm7qpMr9YjZ7kR5lTPkeuF8fd2KUGIs3HHqFiCPGRI y artículo https://anthropocinema.blogspot.com/2019/07/lotte-reiniger-maestra-de-sombras.html

--Animación en la República de Weimar. Animation Gossip 4https://anthropocinema.blogspot.com/2019/08/oskar-fischinger-la-animacion-abstracta.html

--EMILE COHL: Animation Gossip 5: http://anthropocinema.blogspot.com/2019/08/emile-cohl-animador-de-cartoons.html
--LADISLAW STAREWICZ. Animation Gossip 6:https://anthropocinema.blogspot.com/2019/09/ladislaw-starewicz-domador-de.html
--EL MISTERIO DEL GATO FELIX. Animation gossip 7:https://anthropocinema.blogspot.com/2019/09/el-misterio-de-felix-el-gato-animation.html
--GEORGE PAL Y LOS PUPPETOONS. Animation Gossip 8:https://anthropocinema.blogspot.com/2019/10/george-pal-y-los-puppetoons-animation.html
--ALEXANDRE ALEXEÏEFF, CLAIRE PARKER Y LA PANTALLA DE AGUJAS. ANIMATION GOSSIP 9: https://anthropocinema.blogspot.com/2019/10/alexandre-alexeieff-claire-parker-y-la.html

Bibliografía:
Giannalberto Bendazzi (2003), 110 años de cine de animación.
Alan Cholodenko (2007), “(The) Death (of) the Animator, or: the Felicity of Felix, part II” (https://journal.animationstudies.org )
Donald Crafton (1982), Before Mickey: The Animated Film (1898-1928).


sábado, 3 de diciembre de 2016

VAIANA (MOANA) Y EL CINE DE LOS MARES DEL SUR

Vamos a aprovechar el estreno de Vaiana (Moana), la nueva película de Disney, para adentrarnos en un maravilloso subgénero cinematográfico, el cine de los Mares del Sur. Mientras conocemos un poco a los personajes y acontecimientos de este esperado film, estudiaremos sus paralelismos con la película de docuficción Moana (1929) de Robert Flaherty, que dio origen a tal modalidad fílmica, y transitaremos entre escenarios exóticos y mitologías arcanas para descubrir qué es lo que tanto nos fascina de ese mundo lejano lleno de amor y aventuras en el seno de una naturaleza paradisíaca.

Quizá resulte un tanto confundente el nombre dual de la última producción de Disney, que en Estados Unidos e Hispanoamérica recibe el nombre de su protagonista Moana, mientras que en España y otros países europeos (Bélgica, Holanda, Francia, Alemania) se denomina Vaiana. La razón es que aquí Moana es una marca registrada de cosméticos, por lo que no se ha podido utilizar y han tenido que echar mano a un equivalente fonético. Sin embargo, con el cambio de denominación se pierden de vista dos aspectos muy importantes en la obra. En primer lugar, la conexión que presenta esta película con otra del mismo título, Moana, obra del más célebre documentalista de la historia, Robert Flaherty, con la que se inició el cine de los Mares del Sur. El género alcanzó su máxima popularidad al término de la Segunda Guerra Mundial, después del regreso de los soldados americanos desde las bases del Pacífico sur. Aunque están censados más de 600 títulos, quizá algunos de los más famosos sean las adaptaciones de El motín de la Bounty (1935, 1962, 1987), Huracán sobre la isla (1937, 1979), Ave del paraíso (1932,1951), El hijo de la furia (1942), La taberna del irlandés (1963), Blue Hawai (1961) con Elvis Presley, El lago azul (1980) o Rapa Nui (1994). Es fácil imaginar que, gracias a su potencial evocador para la imaginación occidental, este género volverá a ponerse de rabiosa actualidad con el estreno de la película de Disney. Pero hay un segundo aspecto que también se oscurece con el cambio de su nombre en Europa, cual es la profunda unión que existe entre la protagonista y el mar. Y es que, precisamente, Moana quiere decir, en lengua samoana, “agua profunda”, esto es, océano, que es el elemento clave de la historia.



Moana es la primera princesa polinesia de Disney, a la han dado vida el equipo dirigido por Ron Clements y John Muskar, autores de grandes éxitos como La sirenita (1989), Aladdin (1992) o Tiana y el sapo (1999). Sin duda va a ocupar en el un lugar muy destacado en el palmarés de princesas no occidentales, junto a Mulan, Jasmine, Pocahontas y Tiana. La historia sucede en un tiempo mítico, hace 2000 años, en el Pacífico sur. Vaiana, hija y heredera de Tui, el jefe de la isla de Motunui, es una joven valiente y tenaz que siente dentro de sí la llamada del mar, el instinto navegante que llevó a sus ancestros hasta el paraíso de verdor donde habitan. Durante muchos años el arrecife les ha protegido pero ahora viven atrapados en el mismo y sus recursos vitales están desapareciendo poco a poco, amenazando a su supervivencia. 


Alentada por su abuela Tala, una mujer sabia que vive en constante comunicación con sus antecesores y con los espíritus de la naturaleza, Vaiana descubre su condición de elegida para salvar a su pueblo. La joven se atreve a transgredir el tabú que prohíbe traspasar la barrera de coral y se aventura mar adentro acompañada de Maui, una deidad del viento y el mar y también benefactor de la humanidad, una especie de Prometeo polinesio. Maui es semidios egoísta y embaucador, de formas mutantes, cubierto de tatuajes mágicos que cuentan su historia y que está condenado a la soledad. Un buen día decidió caprichosamente arrancar el corazón de la madre Naturaleza, Te Fiti, desencadenando con ese acto inconsciente una catástrofe ecológica. La difícil misión de Vaiana y Maui será devolvérselo, para lo cual tendrán que luchar contra los piratas Kakamora, contra monstruos de las profundidades en Lalotai, y contra los ríos de lava del temible demonio Te Ka. En ese espinoso camino Vaiana y Maui encontraran su auténtico ser, su verdadero papel en el mundo. Como siempre en las películas de Disney el dramatismo está punteado con el humor, y así no faltan divertidos personajes animales, como el cerdito Pua o el tontorrón gallo Hei Hei .


El equipo de producción realizó investigaciones en Fiji, Samoa, Tahití y el sur del Pacífico, y encontraron variantes de la leyenda de Maui y la madre tierra en todas las islas. Por otro lado, como se aprecia claramente, encontramos en esta historia la típica estructura del viaje del héroe analizado por el mitógrafo norteamericano Joseph Campbell en El héroe de las mil caras (1949), y que los guionistas de Hollywood seguro que tienen como libro de cabecera porque es el esquema narrativo más eficaz que se ha inventado hasta ahora, desde la Odisea a las películas de salvadores del mundo, pasando por los cuentos de hadas de la tradición europea. El modelo de acción sigue también los pasos de los ritos de iniciación, con su separación traumática del entorno familiar, estado liminal peligroso, una suerte de limbo donde ya no se es lo anterior pero tampoco se ha llegado al punto de destino, y la reintegración al grupo social con un cambio de estatus social que todos reconocen por haber superado la prueba. Aplicado a Vaiana/Moana, surge un problema que arranca a la heroína de su lugar de procedencia, se ve abocada a realizar un viaje durante el cual soporta terribles pruebas y frente a las cuales deberá mostrar su resistencia, descubriendo el alcance de su valor y su lugar entre sus semejantes, para después retornar a su lugar de origen plenamente transformada por la experiencia. En el camino recibirá la ayuda de seres sobrenaturales (del semidiós del viento y el mar, del espíritu de la abuela) y de objetos mágicos (el corazón de Te Fiti y y el arpón de Maui). Pero, sobre todo, es el empeño de su carácter noble e indómito lo que ayuda a Vaiana/Moana a superar este rito de paso a la madurez, y de acceso a la posición de liderazgo sobre su pueblo.


Vaiana/Moana y el cine de los Mares del sur

Después de Moana (1926) de Flaherty y Tabú (1931) de Murnau, y con la amplia divulgación que obtuvieron los estudios de la antropóloga Margaret Mead (Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, 1928), el remoto y paradisíaco escenario de las islas del Pacífico cristalizó en clichés con un atractivo muy poderoso para la imaginación occidental. Ese estereotipo proteico está integrado por aspectos tales como hermosas y acogedoras jóvenes vestidas con falda de paja o sarong, bailando seductoramente el hula, islas de clima tropical con lagos de aguas transparentes escondidos tras cascadas, idílicas playas iluminadas por la luz de la luna, palmeras y cocoteros, canoas que salen a recibir amistosamente a los visitantes entonando el aloha, collares de flores de tiaré y coronas trenzadas con hojas y flores, la fuerza devastadora de la naturaleza a través de huracanes, la explosión de volcanes o tormentas que ocasionan naufragios, tatuajes, surf, bellos cánticos, tabús, el dios sagrado tiki… Si prestáis atención cuando veáis la película de Disney, comprobaréis que, salvo otro elemento típico, como es la música de ukelele, todos esos rasgos están presentes de una manera u otra en Vaiana. Y es que es difícil resistirse a los encantos de este subgénero cinematográfico, plagado de aventuras, amor y diversión, en el que lo más importante es que nos permite escapar desde nuestro mundo opresor a un paraíso prístino de belleza y de libertad.


Los primeros rodajes en Hawai los llevó a cabo, en 1898, un equipo de Edison, pero ya antes la literatura y el arte habían popularizado muchas de esas ideas. El novelista Robert Louis Stevenson y el pintor Gauguin cumplieron el sueño de huir de la jaula occidental, pero fue Robert Flaherty quien se ocupó de traer las imágenes del paraíso al cine de la esquina. Gracias al enorme éxito de Nanook el esquimal (1922), cuando la Paramount le ofreció rodar otra historia de supervivencia entre pueblos primitivos, se encaminó a la isla de Savai´i, donde permaneció dos años buscando monstruos marinos y tormentas con los que enfrentar a su protagonista masculino, Moana, en una nueva historia de tintes épicos. Pero la realidad es que la isla era un remanso de paz y abundancia de recursos materiales y, al final, Flaherty se limitó a rodar las actividades de subsistencia de los miembros de la aldea (caza de cerdos, recogida de frutos y cocos, pesca y marisqueo), artesanía (tejidos y fabricación de alfombrillas), elaboración de los alimentos para los grandes festines, los bailes  rituales o la ceremonia del kava, situando el clímax del film en el doloroso proceso del tatuaje del joven Moana, que marcaba la entrada en la edad adulta. Todo ello lo podemos ver condensado en la característica escena introductoria de las películas de Disney, en la que se nos presenta la vida de la aldea en un rico tapiz de citas a la hermosísima película de Flaherty, que ha encontrado así una nueva vida 90 años después de su estreno. 


Pero hay algo más en el planteamiento de Flaherty que ha heredado la película de Disney: el talentoso documentalista no pudo cumplir su deseo de rodar a los samoanaos rodeados de peligrosos seres marinos y en lucha contra una naturaleza adversa, y esa falta de pathos, de dramatismo argumental, ciertamente perjudicó el éxito de una obra que, pese a su innegable calidad artística, ha permanecido olvidada durante un período muy prolongado. Pero el equipo de Vaiana sí ha podido dar vida a su proyecto gracias a la magia de la animación. Los protagonistas se enfrentan a monstruosos seres de las profundidades, a tormentas y al mortal volcán, todo ello para salvar a la isla de Motunui  de una catástrofe medioambiental. Un adecuado destino para las ideas de Flaherty, cuya obra homónima deberíamos aprovechar esta ocasión para ver o recordar. 

Monica Flaherty con el actor que encarnaba a Moana
En 1975, su hija Monica, que vivió en la isla con sus padres durante el rodaje, retorno al lugar para grabar los sonidos de la naturaleza, los sugerentes cantos de los nativos que tanto le gustaban a su madre, coautora de la cinta, y los diálogos en lengua samoana, ensamblados en perfecta sincronización con el documental silente. Aunque he escuchado voces discrepantes, yo recomiendo sin dudarlo este maravilloso homenaje al trabajo de Flaherty, reeditado con gran calidad de image y sonido en 2015, como un perfecto complemento a la película de Disney. En una próxima entrada nos ocuparemos con el debido detalle de Moana, Tabú y el cine de los mares del Sur.


Pongo algunos enlaces para que podáis disfrutar con escenas de la película de Disney:
https://www.youtube.com/watch?v=QNwWju__1RI
Incluyo también otros enlaces sobre aspectos tratados en la entrada, ambos de Angeles Boix. El primero, su excelente y muy visitado estudio sobre Margaret Mead (http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/07/margaret-mead-en-la-teoria-antropologica.html ). El segundo, su análisis sobre una película muy característica del cine de los Mares del Sur, en sus dos versiones Huracán en la isla y Huracán (http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/07/antropologia-en-el-cine-y-la.html)


viernes, 26 de febrero de 2016

TRATADO PARA LA EDUCACIÓN DE UN PRÍNCIPE. Las adaptaciones shakespearianas en "EL REY LEÓN" de Disney


Siempre pensé que los estudios Disney habrían encontrado el argumento de El rey León (1994) en una de esas maravillosas fábulas y leyendas de África, un continente en el que la tradición de contar relatos alrededor del fuego siempre ha estado muy viva. De hecho, la epopeya de Sundiata Keita, un príncipe de Mali que vivió en el siglo XIII, se ha transmitido a lo largo de las centurias gracias a los djelis (bardos). El joven príncipe Sundiata tuvo que marchar al exilio muy joven, entrenándose durante largos años para vengar la matanza de su familia. Con el apoyo de los Manden, se rebeló contra el usurpador Soumaoro. Curiosamente, Sundiata quiere decir “rey león”.
Un referente expresamente aceptado por los guionistas de El rey León es la historia bíblica de José. Este era el favorito de su padre, lo que motivó el odio de sus malvados hermanos. Para hacerlo desaparecer, lo vendieron como esclavo e hicieron creer a su progenitor que lo había matado un animal salvaje. El infeliz José vivió largo tiempo en Egipto olvidado de sus orígenes hasta que se reconcilió con su familia, llegando a ser un personaje principal en la corte del faraón gracias a su habilidad para interpretar sueños, y se convirtió en uno de los grandes patriarcas bíblicos cuya historia prefiguraba de Jesús, entregado a la muerte por sus hermanos y cuyo sacrificio los reconcilió.
¿Kimba o Simba?

A diferencia de la anterior, los estudios Disney no han admitido expresamente la influencia de una película japonesa de animación titulada Kimba. El león blanco, de Osamu Tezuka, basada en una serie televisiva de los años 60 y en la que aparece un pequeño cachorro de león cuyo desafío es hacerse mayor. Tras la muerte de su padre, abandona su tierra acompañado por un pájaro consejero, como Zazu. También aparecen tres hienas-como Bonzai, Shenzi y Ed-, y la imagen del padre de Kimba se aparece y habla a su hijo entre las nubes, como también lo hace el fantasma de Mufasa. Además, el pequeño león blanco sufre un serio peligro por una estampida de animales salvajes, en este caso de antílopes.


En El rey León encontramos igualmente ecos de uno de los mitos egipcios más importantes, el de la muerte y resurrección de Osiris. El malvado dios Seth asesina a su hermano, el rey Osiris, pero su fiel esposa Isis recupera su cuerpo, que Seth había desmembrado y repartido por todo Egipto, concibiendo un hijo póstumo, Horus. El usurpador envía al joven heredero al destierro, del que finalmente vuelve Horus para vengar a su padre, restableciendo el orden en Egipto tras una gran batalla. Esta historia mitológica nos pone directamente sobre la pista de la que es la principal referencia argumental de El rey León, la historia de Hamlet, príncipe de Dinamarca.
Una historia cocida a fuego lento

El guión de El rey León, la cinta número 32 en la filmografía de Disney, se fraguó de una manera gradual, a capas, de ahí que podamos encontrar en él una gama muy extensa de referentes culturales, fruto de la aportación de mentes inquietas y llenas de grandes ideas. Todos juntos consiguieron llevar a cabo la que, en opinión de muchos, es la mejor película animada de todos los tiempos, y el último gran trabajo de animación convencional. Exigió más de un millón de dibujos y en ella se emplearon a fondo 600 artistas. Pero su clamoroso éxito no resultaba tan predecible mientras se elaboraba el proyecto, que los estudios compaginaron con el de Pocahontas. Era esta película, sobre uno de los mitos americanos más conocidos, en la que tenían depositadas sus mayores expectativas de triunfo entre el público. Ya sabemos que el resultado fue justo el contrario.
Africa, personaje principal de El rey león

La idea de rodar una historia de iniciación ambientada en África nació en 1990 y tardó cuatro años en alcanzar su forma definitiva. El rey León se aparta del esquema del típico cuento de princesas: es una de las pocas películas de Disney que tiene un protagonista masculino del reino animal. Por otro lado, no adapta un relato infantil o texto literario previo sino que se basa en un guión original, al que se incorporaron incontables préstamos culturales, de ahí que la idea primigenia se modificara de manera constante. Una parte del equipo viajó a África oriental en 1991 para preparar la ambientación de los paisajes. En contacto directo con el medio ambiente, decidieron dar mayor protagonismo a los animales, a las estaciones y a los ciclos de la naturaleza, con el fuego devorador al que sigue la lluvia que vivifica y renueva, como sucede con el emocionante y esperanzador final. África, con sus estilizados y subyugantes paisajes, los serenos cielos nocturnos, las llanuras ocres del Serengeti y los luminosos verdes de la selva, se convierte en un personaje más de la película, silente pero fundamental, aunque es cierto que su imagen está filtrada por la mirada occidental. Es más una experiencia estética que un continente real. Pongo el enlace al ciclo de la vida: https://www.youtube.com/watch?v=M7TRx8MoXAc

También en ese viaje a Kenia se incorporó la idea del Hakuna Matata, una expresión swahili que invita a vivir despreocupadamente, así como los enigmáticos mantras que repite el sabio Rafiki, tomados de una canción que cantaba el guía de la expedición cuando era niño ("asante sana, squash banana, we we negu, ni ni apana".)


Hamlet en la sabana
Para dar una idea de hasta qué punto varió el proyecto inicial con las sucesivas aportaciones, basta decir que, en el primer esbozo, Simba permanecía en la manada tras la muerte de Mufasa, y, además, Scar no era pariente suyo. Pero los guionistas se dieron cuenta de que, si lo convertían en tío suyo, el argumento se transformaba súbitamente en un Hamlet de la jungla. Con ello se inició el proceso de aproximación a la primera y principal de las adaptaciones shakesperianas en El rey león. En cualquier caso, no deberíamos buscar una trasposición fiel y exacta, puesto que resulta obvio que un cachorro de león en tierras africanas, en principio, no tiene demasiado que ver con un príncipe heredero en la Dinamarca medieval. Sin embargo, sí existen inequívocas referencias a la trama de Hamlet

En primer lugar, encontramos un hermano postergado en la línea sucesoria, celoso del legítimo detentador del poder real, que mata al monarca para apartarlo del trono. En el caso de El rey león, utilizando a su hijo como inconsciente instrumento para su muerte. El traidor Claudio, además de hacerse con el poder, se adueña de la reina Gertrudis, lo mismo que Scar somete a sus designios a la orgullosa Sarabi. Éste es un extremo que aparece más claro en el musical que en la película, lo que no debería extrañarnos porque en esta los destinatarios principales eran los más jóvenes de la casa. 
Como le sucede a Hamlet, Simba sufre un importante trastorno emocional a raíz de la muerte de Mufasa. 

Ambos protagonistas tienen un fuerte sentimiento de culpa: Hamlet porque demora la venganza que exige el fantasma de su padre hasta estar bien seguro del crimen supuestamente cometido por su tío; Simba, porque se siente el único causante de la muerte de su amado progenitor. En las dos historias la acción contra el usurpador se precipita por la aparición del espectro del padre asesinado. También existe en ambas obras una consecuencia moral asociada a la ilegítima usurpación que altera el orden de sucesión regia: en el caso de Hamlet, el mal gobierno de Claudio acarrea la guerra con la vecina Noruega; en El rey león, la batalla final se entabla entre Scar y su cortejo de hienas contra los leones y los demás animales fieles a la legitimidad dinástica de Simba.

La referencia a Hamlet llega a ser tan explícita que, cuando se encuentra en su reino de muertos en el cementerio de elefantes, Scar parodia con el cráneo de un antílope la famosa escena del monólogo del "to be, or not to be" que pronuncia el príncipe danés (en escena, no en la obra teatral) ante la calavera del bufón Yorick.

Una zona de sombra
Se ha intentado trazar otras correlaciones entre los personajes de El rey león y los de Hamlet, pero son mucho más difusas. Así, Zazu podría ser el verboso Polonio, padre de Ofelia y consejero real. Nala sería la novia de Hamlet, Ofelia, pero aquí no hay suicidio. Antes bien, Nala es una princesa valiente y orgullosa que rescata a Simba de su inconsciencia juvenil. Pero, sobre todo, las mayores dificultades se han producido a la hora de intentar asimilar a los inefables Timón y Pumba, esenciales en el desarrollo de la historia, a algunos de los personajes del drama shakesperiano. Se ha entendido que serían una extensión de Horacio, el mejor amigo de Hamlet. Otros intentan relacionarlos, forzadamente, con Rosencratz y Guilderstein, compañeros de correrías del príncipe en sus años de estudiante universitario. 

Pero la asimilación falla por completo en ambos casos, puesto que el peculiar carácter de la pareja que forman el suricato y el facóquero no puede encuadrarse, ni siquiera de forma aproximada, en esos referentes. Entre otras cosas, porque Rosencratz y Guilderstein se prestan a espiar el comportamiento de Hamlet por orden de su tío Claudio, que pretende utilizarlos para deshacerse de su sobrino enviándolo a Inglaterra con la orden de que, nada más desembarcar, sea asesinado. Hamlet se malicia la treta y la neutraliza, deshaciéndose de sus ex colegas. Por ello, es forzoso admitir que, en realidad, la inspiración para estos dos inolvidables personajes, Timón y Pumba, se encuentra muy lejos de Hamlet aunque todavía dentro de la producción teatral del Bardo. No debe extrañarnos que los apasionados comentaristas de El rey león, en general, no se hayan percatado de ello, puesto que los referentes ahora proceden de argumentos mucho menos conocidos por el gran público que la celebérrima historia de Hamlet.
Simba, o el joven príncipe Hal en la selva
Campanadas a medianoche, Orson Welles
Estudiando el argumento de las obras históricas de Shakespeare, entre ellas las que se refieren a Enrique IV y Enrique V, me sacudió la idea de que la fuente de inspiración de esta parte de El rey león, una vez que Simba se encamina a su voluntario destierro, era la figura del príncipe Harry o Hal, el futuro Enrique V, un joven tarambana que encuentra como mentor al panzudo y juerguista Falstaff. De manera incuestionable, esta es la figura a la que mejor se ajusta Pumba, que incluso se parece físicamente a Falstaff con su desproporcionado cabezón y cuerpo fachendoso. En un momento determinado, el príncipe Hal obsequia a su "padre adoptivo" con el cariñoso apelativo de "cerdo seboso".
Debemos advertir que estas dos influencias teatrales, Hamlet y Enrique IV, introducen también dos argumentos diferentes en la trama de El rey león. La primera es la historia de amor entre un padre y su hijo que se prolonga más allá de la muerte. La segunda, un relato de maduración personal, de desarrollo de la propia identidad. En la fase inicial, el cachorrillo Simba apenas puede esperar el momento de llegar a ser rey. Su impaciencia es mucho más patente en la letra original de la canción: "I just can´t wait to be a king", no puedo esperar a ser el rey. En castellano, ese ansioso deseo por reinar se ve más atenuado al traducirse como "Yo voy a ser el rey león", refiriéndolo al futuro.Pongo el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=KehoYi30Edg
Pero en todo caso queda claro que Simba, como todo niño, acepta mal los consejos y los límites que le imponen su padre y el fiel Zazu con el fin de convertirlo en un monarca sensato y respetado. Antes al contrario, a Nala y a Simba les atrae el peligro y lo prohibido. Scar, todo cerebro y cero músculos, es un sutil psicólogo que manipula a placer a su incauto sobrino hasta convertirlo en el autor instrumental de la muerte del poderoso Mufasa, al que tanto teme. Una vez que Scar instila en Simba un sentimiento de culpa insuperable, al susurrarle al oído-como el veneno que vierte Claudio en la oreja de su hermano-, que es el único responsable de la muerte de Mufasa y que, si se atreve a volver, será castigado por ello, la historia de venganza de Hamlet se transforma en lo que de verdad pretendía ser El Rey León, un estudio acerca de la complejidad del proceso de convertirse en adulto y asumir la responsabilidad del lugar que debemos ocupar en el mundo, el ciclo de la vida al que alude la canción que abre la película. El pequeño Simba huye cobardemente de sus remordimientos y de sus obligaciones como heredero real, y decide pasar su vida divirtiéndose junto a Timón y Pumba. Con ellos disfruta de las fantasías de abundancia sin límites de una fértil naturaleza, de la idea de libertad y camaradería sin cortapisas con estos dos expulsados de la sociedad, que viven solos y despreocupados, ajenos a toda complicación social, como sería la estructura jerárquica, los rituales y las intrigas en la corte del rey Mufasa. 

El romance y la comedia pastoril
Aquí podríamos introducir una nueva conexión con el teatro de Shakespeare, la comedia que toma elementos del género pastoril, como podría ser Como gustéis, una obra cuyo punto de partida son los conflictos derivados del derecho de primogenitura, que es también el detonante de la trama en El rey león. En concreto, uno de los dos conflictos que se exploran en As You Like It se refiere a un duque desposeído por su hermano más joven, nuevamente como en la obra de Disney.
La comedia pastoril, un elemento integrante del romance, se caracteriza por una visión idealizada del mundo rural, contraponiendo la sencillez de la naturaleza a la hipocresía y complejidades de la vida urbana. Pero esa crítica solo puede realizarse por quienes han salido del marco social que es consustancial a los seres humanos- de los que los personajes de El rey león son un trasunto-y llegan a ver sus defectos desde fuera, en el exilio, como les sucede a Timón y Pumba, y al propio Simba cuando se les une. Un aspecto más de esa comedia pastoril aparece en la exploración del sentimiento amoroso en un entorno alejado de toda preocupación. El reencuentro de Simba y Nala en la maravillosa escena de "Es la noche del amor" es un ejemplo perfecto de ese mágico idilio pastoril. Aquí tenéis el enlace:  https://www.youtube.com/watch?v=Mj5GkCcEHdE


Como en la estructura de las comedias shakesperianas, hay también en El rey león una situación inicial de alteración del orden natural y previsible de las cosas, como es la legítima descendencia real; todas las peripecias de la historia giran en torno a ese acontecimiento traumático, bordeando con frecuencia lo dramático pero trabajando sus aspectos desde la mirada irónica. El desenlace devuelve al protagonista al lugar que le correspondía y del que había sido injustamente privado, premiándolo con gran abundancia de bienes, como es aquí el amor de Nala, su madre y su pueblo, la recuperación plena de las Tierras del Reino con la clamorosa derrota de Scar y sus secuaces, que ejecutan la venganza contra el taimado tío, y el nacimiento de una heredera. En el camino hasta llegar a este momento de plenitud y justicia restaurativa, los personajes experimentan un proceso de crecimiento personal. El rey león es un bildungsroman, una historia de formación con viaje lejano incluido.También en la comedia de Shakespeare el protagonista se ve apartado de su entorno familiar o social, en la corte o en la ciudad, con frecuencia debido a la usurpación del poder por parte de un tirano, debiendo escapar a un territorio desconocido o a un paraje remoto en busca de refugio. Con ello se produce una contraposición entre el ámbito urbano o cortesano y el espacio alternativo en el que el protagonista se oculta, y ese cambio de lugar, con la necesidad de adaptarse a esa situación de incertidumbre, repercute directamente en la transformación que experimenta y que le hace merecedor del happy end. Finalmente, se contraponen los personajes nobles con otros de clases inferiores que desempeñan los papeles cómicos, como en este caso Timón y Pumba, que cumplen bien el característico rol del fool o bufón, atreviéndose a decir lo que los demás callan ante los poderosos.Con frecuencia son dos los personajes quienes aportan, en las obras de Shakespeare, la perspectiva crítica a la hipocresía social y los excesos del poder, cada uno desde una perspectiva distinta, lo que cuadra a la perfección con estos dos outsiders de la selva. Resulta evidente que los creadores de la película cogieron un manual de teoría literaria sobre la obra del genio inglés y, con un considerable talento, lo aplicaron de la A a la Z.
Ritos de paso
Pero volvamos a un momento anterior. Como el príncipe Hal con el transgresor Falstaff- que para redondear aún más el correlato, llama a su pupilo "cachorro de león"-, en compañía de Timón y Pumba, Simba se olvida totalmente, por un tiempo, del discurso aburrido y serio acerca de la autoridad y del poder con el que continuamente le amonestaban su padre y Zazu. A lo largo de esa maravillosa secuencia del Hakuna Matata, lo vemos transformarse ante nuestros ojos, gradualmente, de un cachorro apesadumbrado al típico zángano adolescente de melena desordenada. El ejemplo de Simba no es, solamente, el de un heredero real sino el de cualquier joven experimentando la dolorosa pero fascinante metamorfosis de la adolescencia.
Un mundo al revés


Como Falstaff, Timón y Pumba se burlan del poder y responden a las presiones de la sociedad atrincherándose en su personal isla de diversiones y en una bacanal de bebida y comida. Su ley es hacer en cada momento lo que más les apetece. Su universo es un reflejo invertido de la realidad monárquica de la que procedía Simba. Si antes el heredero estaba rodeado de príncipes con ambiciones de poder ocultas, consejeros reales y sabios de la corte, y se hallaba sometido al dictado del ciclo de la vida - un trasunto de la Gran cadena del ser, que colocaba al rey en la cúspide social-, junto a Timón y Pumba se entrega a los anhelos irresponsables de su infancia, los del rey caprichoso y juguetón al que, en su inconsciencia y egoísmo infantil, aspiraba a convertirse. Pero ese tiempo de amistad y confraternización con Timón y Pumba, símbolos del pueblo llano en el mismo sentido que lo era Falstaff, no es un tiempo perdido sino que sirve a los dos herederos reales, Hal y Simba, para integrar los afanes contrapuestos que luchan en el interior de cada persona (los deseos egoístas contra el sentimiento del deber), y para ser más conscientes de la auténtica exigencia del elevado rango de un monarca, que nunca puede ser el poder por el poder, como persigue el odioso Scar- un trasunto de Ricardo III o incluso de Macbeth-, sino el poder al servicio de los súbditos. 
El retorno al orden

En el período en que Hal y Simba permanecen apartados de la corte, adiestrados por su respectivos mentores estrafalarios, experimentan un auténtica iniciación para alcanzar un nivel superior de consciencia. Durante esa fase, ambos maduran su personalidad hasta reconocer y asumir sus obligaciones regias. 
“Recuerda quién eres”, le dice el fantasma de Mufasa. Aquí también encontramos una evocación de la ideología del parentesco, la fuerza de la sangre que llama al encuentro con la familia. Lo podemos ver muy claramente en la canción "El vive en ti" : https://www.youtube.com/watch?v=o1KJbz-bq2E
En Edipo rey  de Sófocles toda la tragedia gira en torno al problema de que el protagonista no sabe quién  es en realidad, y el camino hacia el desvelamiento es doloroso. Aristóteles teorizó sobre este importante aspecto en el teatro y lo llamó anagnórisis. En muchas de las obras teatrales de Shakespeare ese autodescubrimiento es un elemento nuclear, ya sea en la tragedia o en la comedia. También se incorporó este préstamo shakespeariano a El rey león.
A diferencia del padre de Hamlet, Mufasa no exige venganza por su muerte sino que Simba vuelva para asumir su liderazgo. Las enseñanzas del padre dieron su fruto, a pesar de todo. Simba siempre fue consciente de su identidad real, sólo que estaba dormida. Como le contara su padre en su período de enseñanza, los grandes reyes del pasado, sus predecesores, lo observaban desde las estrellas. 

Pero igual que Hamlet, Simba demoró su reacción todo cuanto pudo. Cuando Nala le afea su conducta, su locura e inconsciencia al dejarlos tanto tiempo en manos de las hienas, que han arruinado el reino, decide superar su miedo y su vergüenza y entrar en acción. Ya se había disgustado con las burlas al poder de sus antepasados por parte de Timón y Pumba, como también lo hace en su fuero interno el príncipe Harry con los delitos de Falstaff. En la gran batalla final que precede el final tanto de Enrique IV segunda parte como de El rey león, participan los dos grandes amigos de Simba, lo mismo que sir John Falstaff, de manera jocosa en ambos casos. Para derrocar a Scar, Timón se disfraza de hawaiana y baila el hula hula. 

Falstaff, un cobarde simpático, simula estar muerto y, cuando el príncipe Hal derrota a su enemigo, Henry de Northumberland, pretende que él ha sido el autor de esa hazaña. Una vez que se convierte en rey, con el nombre de Enrique V, este no duda en desterrar a su antiguo maestro porque el deshonor y la juerga no tienen lugar en su corte, aunque le otorga una modesta pensión para que pueda vivir. El viejo gordinflón no es capaz de sobrevivir al desengaño. El rey le ha roto el corazón. En El rey león tampoco Timón y Pumba poseen un papel en el gobierno de las Tierras del Reino, donde permanecen sin cargo oficial.
Al final podemos hacer extensiva a El rey león la reflexión de Arthur L.Little sobre Enrique V: ambas obras se nos muestran como un tratado popular sobre filosofía política. Shakespeare, que sin duda conocía El príncipe de Maquiavelo, propuso como el mejor modelo de gobernante al que conoce y ama a su pueblo, no al que lo atemoriza para ser obedecido.
Aún podríamos argumentar que la correlación entre Falstaff y Timón y Pumba tampoco es absoluta, y sería cierto. En ello interviene otra tragedia shakespeariana: Timón de Atenas, que presenta un personaje despreocupado que se convierte en un misántropo apartado de la sociedad después de sus desgracias. Los guionistas de El rey león incluso tomaron prestado su nombre para otorgárselo al simpático suricato. Timón y Pumba se convierten en el característico dúo cómico de personalidades contrapuestas pero complementarias.

El rey León para mayores de 18 años
No quisiera dejar pasar esta ocasión para hablar de la forma en que todos esos referentes culturales se plasmaron en otro nivel de lectura de la historia de El rey león. Como las buenas películas, esta tiene una interpretación infantil pero también alberga mensajes ocultos para los mayores. En ese sentido, es preciso hacer referencia a un momento clave de la película, cuando Scar anuncia sus perversos planes políticos mediante la canción “Preparaos”. https://www.youtube.com/watch?v=Bv3uPF9ECF4
Esta pieza es clave para entender el subtexto político del filme, lo que, no sin razón, se ha llamado la aportación de los estudios Disney al esfuerzo bélico norteamericano. Scar aparece en lo alto de una roca presidida por la media luna del islam, pasando revista a las tropas de hienas que desfilan marcialmente al paso de la oca, con inequívocos símbolos nazis. En 1990, Irak, gobernado por Saddam Hussein, invadió Kuwait. Tras ello, por iniciativa de George Bush padre, se produjo el despliegue en la zona de las tropas angloamericanas. Poco después tuvo lugar la conocida operación "Tormenta del desierto", que siguieron con todo detalle los medios de comunicación. Estos hechos coincidieron temporalmente con la fase de elaboración del guión de El rey león, por lo que no resulta extraño que se quisiera poner al gobierno iraquí como ejemplo de amenaza para la democracia, añadiendo como símbolos para este mensaje los del nazismo, el ejemplo más obvio de amenaza para la libertad que recuerda el mundo occidental. Curiosamente, Disney había elaborado en 1943 un corto de 10 minutos con el título Educación para la muerte, que contaba otra historia de iniciación, la de un niño alemán, Hans, que aprende a la fuerza a convertirse en un perfecto nazi. 
Education for Death
El corto mostraba cómo ese aprendizaje comprendía todo lo contrario a los principios democráticos. "Alemania gobernará el mundo",-era el mensaje-, y convertirá a todos en sus esclavos. Sin duda estaba ahí también la ley de la selva, la darwiniana supremacía de los más fuertes. Estéticamente el corto combinaba las clásicas características de la animación Disney con rasgos tomados del estilo grandilocuente de Leni Riefensthal, cineasta afín al régimen de Hitler. Así, para mostrar la visión del mundo en la Alemania nazi, Educación para la muerte se inspiraba en El triunfo de la voluntad (1934), una película propagandística de la apoteosis del partido nacionalsocialista en Nuremberg. Se ven uniformes de la Wehrmacht, una pila de libros ardiendo, una partitura del judío Mendelssohn en llamas, la Biblia que se transforma en el Mein Kampf, un crucifijo transmutado en una brillante espada adornada con una esvástica, una vidriera de iglesia rota, que alude a la noche de los cuchillos largos… Con sus radicales innovaciones técnicas y estilísticas- encuadres y ángulos extremos, altos contrastes, profundidad de campo, simetrías, arquitecturas monumentales, Riefensthal exaltaba la mitología nazi. Pongo el enlace para ver el corto: https://www.youtube.com/watch?v=l14WDZCnz-w . También se observan esos rasgos estéticos en la escena de "Preparaos", con sus escenarios desmesurados. Para reforzar los paralelismos que venimos comentando, no resulta desdeñable el hecho de que Educación para la muerte volviera a proyectarse el mismo año que se estrenó El rey león.

En definitiva, se trata de una gran película que en absoluto puede considerarse una simple historia para los más pequeños, sino que es un auténtico tratado acerca de la educación de un buen príncipe y, de manera más general, de unos buenos hijos pero en la que no faltan consignas ideológicas.
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Me gustaría dedicar esta entrada a María Lorenzo Hernández, directora de cortos de animación recientemente nominada en los premios Goya por su estupenda obra La noche del océano. María Lorenzo me invitó, hace tiempo, a escribir sobre El rey león. Está claro que intuía que, debajo de una superficie aparentemente poco compleja y convencional, se escondía en esa obra mucha filosofía e ideología ocultas, de ahí que me animara a reflexionar en profundidad sobre la materia. Cuando descubrí las conexiones con Enrique IV, que también han visto los mejores comentaristas de El rey león, me animé a llevar a cabo el proyecto. Espero que el resultado os sorprenda y os agrade.
María Lorenzo con su productor, Enrique Millán, en la ceremonia de los Premios Goya 2016 
Fuentes consultadas:
-Shakespeare, William: Enrique IV. En Obras Completas, vol. I. Ed. Aguilar, 2007
-De la Concha Muñoz, Angeles; Cerezo Moreno, Marta:Ejes de la literatura inglesa medieval y renacentista. Ed. Universitaria Ramón Areces, 2011.
-Finkelstein, Richard: Disney Cites Shakespeare: The Limits of Appropriation. En Shakespeare and Appropriation, 1999.
-Modenessi, Alfredo Miguel: Disney´s War Efforts: The Lion King and Education for Death; or, Shakespeare Made Easy for Your Apocalyptic Convenience. En Apocalyptic Shakespeare: Essays on Vision of Chaos and Revelation in Recent Films Adaptations, 2009.
-Brenca de Rússovich, Rosa María: Falstaff ¿personaje cómico?Web. 19-2-2016.
-McElveen, Trey: Hamlet and The lion King: Shakespearean Influences on Modern Entertainment. 17-4-1998. Web. 19-2-2016.
-The Lion King: Hamlet without Hamlet. Web. 19-2-2016.
-The Lion King and Hamlet: Similarities and Differences. 23-10-2015. Web. 19-2-2016.
-The Lion King: The Seven Standars of Disney.Web. 19-2-2016.
-El Rey León (Roger Allers y Rob Minkoff, 1994). 15-12-2011.Web 14-2-2014.
-El rey león 3D, excelsa obra de animación. Cinéfagos.21-12-2011.Web 14-2-2014.
-El rey león. Wikipedia. Web.14-2-2014.
-Sundiata Keita. Wikipedia. Web. 19-2-2016.

-Welles, Orson: Campanadas a medianoche, 1961.DVD.